Ocnos, cuyo nombre utilizó Cernuda para su poemario sobre lugares de Sevilla, es un misterioso habitante del Hades que pasa la eternidad trenzando una cuerda de juncos que su asno devora en el acto. Símbolo de lo efímero, y de lo in-útil, la trenza de Ocnos establece una perfecta analogía con el arte, que no sirve a ningún propósito más que a sí mismo; y particularmente con la música que, como la cuerda, desaparece inmediatamente tras ser creada.

 

Desde Proyecto OCNOS creemos que el paradigma de la música clásica está cambiando, y que en estas circunstancias el intérprete tiene una gran responsabilidad y está llamado a cumplir un papel fundamental en la tarea de definir el papel de la música en el nuevo siglo a través de su difusión y del acercamiento al público más diverso, además de establecer una estrecha relación con los compositores actuales. Proyecto OCNOS, a través de una plantilla flexible y una programación elegida cuidadosamente, variada e imaginativa, pretende mostrar un panorama del universo sonoro de los siglos XX y XXI, poniendo especial atención a los compositores españoles.